Festejo
¿Porqué tanto festejo?
El siguiente artículo salió en el periódico paceño El Diario y hace referencia al "exagerado" festejo de la hinchada Atigrada después de haber conquistado un título después de 6 años.
Rugido
Los simpatizantes del Tigre de Achumani debieron esperar seis años para lanzar
el rugido de campeón y si bien el título nacional de la presente temporada
todavía no está en sus manos, con seguridad que el grito es justificado.
La exteriorización de la alegría por ser el mejor no es común y tampoco
privilegio de todos. La Liga del Fútbol Profesional Boliviano tiene 12 equipos,
muchos de los cuales hasta hoy no han podido dar la vuelta olímpica y por tanto
no han gritado la palabra de siete letras.
El festejo de los atigrados no es exagerado, ni mucho menos, no solamente
porque debieron aguantar seis años de sequía, sino también porque después de
mucho tiempo su éxito fue a costa de su tradicional adversario.
El sufrimiento de los hinchas tuvo su correlato en el grupo de jugadores. Las
dificultades económicas, que obligaron en muchas oportunidades a la
paralización de actividades. La inestabilidad laboral, traducida en el cambio de
directores técnicos y jugadores, muchos de los cuales se quedaron sin trabajo y
por tanto sin dinero para sobrevivir. Las tensas relaciones con el directorio, en
fin, una serie de acontecimientos que quedaron sepultados en el grito de
campeón.
En el fútbol, a diferencia de otras actividades, la alternabilidad en la cima es
vital y si bien todas las hinchadas quieren a su equipo campeón, el grito
permanente pierde su encanto y el rugido guardado adquiere notoriedad.
La explicación de la hinchada
Es evidente que los festejos, que para muchos fueron exagerados, son una muestra del sentimiento de la gente hacia el club. No podia ser diferente.
El club más popular y con cientos de miles de seguidores por todo el territorio nacional, claro, tenía que festejar su último logro del milenio de forma también espectacular.
Si algo caracteriza a The Strongest, y a sus seguidores, más que cualquier cosa, es la alegría del triunfo. Una alegría sana, sin restricciones ni refrenos.
Los ajenos a nuestra alegría la critican. Le dan calificativos de "desenfrenada", "frenetica", "demasiado fanática", pero claro está que ellos jamás sintieron lo que siente un hincha Atigrado, porque de lo contrario se unirían a nuestro triunfo.
La amargura no tiene lugar cuando el momento se muestra para la total felicidad. Eso fue lo que se vivió depués del partido con Independiente de Sucre el miércoles.
Y, para que no queden más dudas de lo que significa ser Atigrado, simplemente decirles que el ser Atigrado significa ante todo no ser "amargo"; de lo contrario seguiriamos a otro club, a aquel que ya sabemos.
Agarrense todos porque cuando el Tigre festeja, festeja de verdad...a lo grande y como lo grande que es.
|
|
|